Sistema de retículas, tipografía, normas de legitimidad y simetrías
El sistema de retículas nos provee de las líneas imaginaras básicas y necesarias para guiarnos en nuestra producción gráfica. Reticulando una página, uno obtiene las posibles disposiciones de los elementos dentro de la página, delimitando así los márgenes, la superficie de la caja tipográfica, las columnas, foliación y filetes que nos guiarán para una armoniosa y estética organización de los elementos gráficos de nuestra producción.
Al familiarizarnos con la práctica, notamos que los sistemas de retículas son muy variados, de acuerdo a los criterios dispares de los distintos diseñadores gráficos. La infinita creatividad que posibilitan las artes gráficas, lleva incluso a que en muchos casos, el concepto gráfico tenga su justificación justamente en romper los límites presentados por el sistema reticular, e inclusive, en algunos casos, .carezca totalmente de este.
Junto al sistema nombrado, otro factor que se destaca en las producciones gráficas es la utilización de los conceptos, herramientas y aportes que nos ofrecen las diversas tipografías (sistemas de colores y letras variadas). Las familias de palabras y sus diversas características se nos ofrecen, a la hora de diseñar, como múltiples opciones con las que podemos contar para que nuestros textos porten una identidad propia, estén organizados, sean legibles y estéticamente agradables a la visual. Estas provienen de los antiguos tipos móviles de las imprentas, donde el tamaño es llamado cuerpo, las mayúsculas “caja de alta”, las minúsculas “caja de baja”, debido a que justamente se guardaban en cajones diferenciados por su posición o altura.
Las diferentes tipografías pueden dividirse en seis familias: las romanas (con trazos rectos, bastones ascendentes mas finos y travesaños del tamaño de las serifas); las de Palo Seco o San Serif (no poseen serifas, los trazos son mas simétricos); las egipcias (emulan las formas rectas del arte egipcio y suelen ser mas toscas, de trazos gruesos); las Híbridas (que poseen características mezcladas de las anteriores familias, y por consiguiente resultan difícil de diferenciar); las cursivas inglesas (caracterizadas por sus trazos exageradamente curvos, emulando la escritura con plumín realizada por los ingleses); y las de tipo ornamentales (que son las menos legibles, están estéticamente exageradas, mas parecidas a logotipos que a letras para escribir un texto). Las variables tipográficas son modificaciones de diseño que pueden realizarse en las letras, sin por ello abandonar las características de la familia a la que pertenecen, permitiendo destacar, resaltar, un sector particular del texto. Para ello contamos con las Negritas, las itálicas, etc.
El sistema reticular y las diversas tipografías, junto a factores que analizaremos a continuación, otorgan a un texto mayor legibilidad, así como también puede disminuir la misma. Para ello juegan un factor determinante los espacios de interlineados, interpalabras, alineación del texto y su correspondiente desflecado.
Las normas de legibilidad son acciones a tener en cuenta para que nuestros textos sean más accesibles a la lectura y no produzcan malestares en la vista o cansancio óptico. Para ello, debemos considerar el interlineado, es decir, la distancia entre las líneas de textos (los “renglones”), que al ser muy extensa o muy pequeña dificulta la lectura y el seguimiento de la línea narrada. El interletrado, o espacio entre las letras, si es muy extenso confunde el final o el comienzo de las diferentes palabras, o por el contrario, al ser muy estrecho, confunde las palabras mismas. El interpalabrado, o espacio entre las palabras, resulta ser un factor fundamental a tener en cuenta. Un texto con excesiva cantidad de palabra por línea o al estar estas cortadas excesivamente, pueden producir cansancio visual, pérdida del hilo de lectura y por consiguiente, afectar a la comprensión de una temática.
La alineación, si se realizará hacia la izquierda con su correspondiente desflecado a la derecha, o por el contrario, se hará hacia la derecha con el desflecado hacia la izquierda; si se centrará el cuerpo del texto, con desflecado simétrico hacia ambos lados; o se decidirá justificarlo, ajustando la producción al ancho de columna; debe ser analizada antes de producir gráficamente.
Las simetrías son formas de jugar con las tipografías y los diversos elementos gráficos, de variar las figuras en tamaño, girarlas, transformarlas, trasladarlas, etc, nos permite obtener numerosas variables con un mismo diseño base, dónde la creatividad juega un papel fundamental.
Saber ajustar funcional y estéticamente los cuerpos de letra, reconocer y utilizar la tipografía más eficiente, distribuir de manera armoniosa los elementos gráficos dentro de la página con ayuda de las retículas, es una competencia indispensable para que nuestras producciones gráficas sean artísticamente correctas.
El sistema de retículas nos provee de las líneas imaginaras básicas y necesarias para guiarnos en nuestra producción gráfica. Reticulando una página, uno obtiene las posibles disposiciones de los elementos dentro de la página, delimitando así los márgenes, la superficie de la caja tipográfica, las columnas, foliación y filetes que nos guiarán para una armoniosa y estética organización de los elementos gráficos de nuestra producción.
Al familiarizarnos con la práctica, notamos que los sistemas de retículas son muy variados, de acuerdo a los criterios dispares de los distintos diseñadores gráficos. La infinita creatividad que posibilitan las artes gráficas, lleva incluso a que en muchos casos, el concepto gráfico tenga su justificación justamente en romper los límites presentados por el sistema reticular, e inclusive, en algunos casos, .carezca totalmente de este.
Junto al sistema nombrado, otro factor que se destaca en las producciones gráficas es la utilización de los conceptos, herramientas y aportes que nos ofrecen las diversas tipografías (sistemas de colores y letras variadas). Las familias de palabras y sus diversas características se nos ofrecen, a la hora de diseñar, como múltiples opciones con las que podemos contar para que nuestros textos porten una identidad propia, estén organizados, sean legibles y estéticamente agradables a la visual. Estas provienen de los antiguos tipos móviles de las imprentas, donde el tamaño es llamado cuerpo, las mayúsculas “caja de alta”, las minúsculas “caja de baja”, debido a que justamente se guardaban en cajones diferenciados por su posición o altura.
Las diferentes tipografías pueden dividirse en seis familias: las romanas (con trazos rectos, bastones ascendentes mas finos y travesaños del tamaño de las serifas); las de Palo Seco o San Serif (no poseen serifas, los trazos son mas simétricos); las egipcias (emulan las formas rectas del arte egipcio y suelen ser mas toscas, de trazos gruesos); las Híbridas (que poseen características mezcladas de las anteriores familias, y por consiguiente resultan difícil de diferenciar); las cursivas inglesas (caracterizadas por sus trazos exageradamente curvos, emulando la escritura con plumín realizada por los ingleses); y las de tipo ornamentales (que son las menos legibles, están estéticamente exageradas, mas parecidas a logotipos que a letras para escribir un texto). Las variables tipográficas son modificaciones de diseño que pueden realizarse en las letras, sin por ello abandonar las características de la familia a la que pertenecen, permitiendo destacar, resaltar, un sector particular del texto. Para ello contamos con las Negritas, las itálicas, etc.
El sistema reticular y las diversas tipografías, junto a factores que analizaremos a continuación, otorgan a un texto mayor legibilidad, así como también puede disminuir la misma. Para ello juegan un factor determinante los espacios de interlineados, interpalabras, alineación del texto y su correspondiente desflecado.
Las normas de legibilidad son acciones a tener en cuenta para que nuestros textos sean más accesibles a la lectura y no produzcan malestares en la vista o cansancio óptico. Para ello, debemos considerar el interlineado, es decir, la distancia entre las líneas de textos (los “renglones”), que al ser muy extensa o muy pequeña dificulta la lectura y el seguimiento de la línea narrada. El interletrado, o espacio entre las letras, si es muy extenso confunde el final o el comienzo de las diferentes palabras, o por el contrario, al ser muy estrecho, confunde las palabras mismas. El interpalabrado, o espacio entre las palabras, resulta ser un factor fundamental a tener en cuenta. Un texto con excesiva cantidad de palabra por línea o al estar estas cortadas excesivamente, pueden producir cansancio visual, pérdida del hilo de lectura y por consiguiente, afectar a la comprensión de una temática.
La alineación, si se realizará hacia la izquierda con su correspondiente desflecado a la derecha, o por el contrario, se hará hacia la derecha con el desflecado hacia la izquierda; si se centrará el cuerpo del texto, con desflecado simétrico hacia ambos lados; o se decidirá justificarlo, ajustando la producción al ancho de columna; debe ser analizada antes de producir gráficamente.
Las simetrías son formas de jugar con las tipografías y los diversos elementos gráficos, de variar las figuras en tamaño, girarlas, transformarlas, trasladarlas, etc, nos permite obtener numerosas variables con un mismo diseño base, dónde la creatividad juega un papel fundamental.
Saber ajustar funcional y estéticamente los cuerpos de letra, reconocer y utilizar la tipografía más eficiente, distribuir de manera armoniosa los elementos gráficos dentro de la página con ayuda de las retículas, es una competencia indispensable para que nuestras producciones gráficas sean artísticamente correctas.
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